A tientas

Alejada de la realidad y ya cansada, miró a su alrededor e intentó buscar el camino. Nunca supo muy bien a quién preguntarle, ni siquiera sabía si tenía o debía preguntar o simplemente intuir el camino.

Los pies le pesan cada vez más. Su alma llena de dolor y tristeza camina a ras de suelo, muy cerca de sus pies, casi impidiendo que se forme su sombra, haciendo que el sol siempre parezca que está perpendicular a su cabeza, abrasando y quemando sus pensamientos. Pesa... Como las cadenas le pesan a un fantasma, como pesan las condenas, me pesa el alma cargada de llantos y soledad.

Quiso explicar con palabras los anhelos de su corazón y erró, las palabras no siempre son entendidas y menos cuando vienen de un corazón acelerado y con unas ganas locas de amar, enloquece el amor y enloquecen las palabras, nublando cualquier atisbo de luz en el camino. Oscurece, oscurece el corazón, apaga llamas y roba ilusiones. Cómo me pesa el alma, qué perpendicular está el sol, que ciegas son las palabras que sin avisar se cuelan en nuestros oídos.

Tus ojos, definición de otro mar, ahora tan oscuros y lejanos, tan llenos de nada. Y el silencio otra vez, cogido de la mano del vacío, saludan a mi alma cordialmente, como si auguraran toda una vida juntos, como si supieran el destino final de todo esto.

El caos. En mi cerebro se agolpan las ideas, me recuerdan a un montón de atunes tratando de salir de las redes de los pescadores, luchando con todas sus fuerzas, pero atrapados con enormes cuerdas tan invisibles al principio y tan infranqueables ahora que las veo. El caos, amotinado en mi cerebro no le cuesta demasiado bloquearme, soy débil, me ahogo, me pierdo en un mar ensombrecido por la tristeza.

Caigo, en un agujero inhóspito lleno de almas errantes, lleno de almas perdidas. Caigo...

A orillas del mar

Existe un mar sin nombre,

inhóspito, profundo, infinito.

Perderme en él, es como perderme en un laberinto de sombras,

frío, oscuro.

Me inunda la incertidumbre de sus corrientes, me alejan de la orilla, me sumergen en el fondo,

sin respiración, sin aire.

Ese fondo se me antoja libre, a veces arrollador,

siempre contradictorio.

La sal se acumula en mis párpados y cristaliza mi mirada,

dejándome sólo ver los matices del coral.

Las olas irrumpen en mi pecho como puños y la espuma entra sin permiso en mis pulmones.

Ahogo la pena y enjugo el llanto en dunas infinitas,

recorro con mis dedos las ondas de mi movimiento hasta ver en un reflejo mi cuerpo luchando y en la orilla mi corazón latiendo.

Volver a andar

Cansada de mirar atrás y mientras observaba el mar,

se levantó, dijo adiós a su pasado y volvió a caminar.

Vuelve

Crees que el mar borrará tu nombre y no lo hará,
tu nombre no está escrito en la arena.

Crees que la tristeza acabará contigo y no es verdad,
las lágrimas resbalan, las sonrisas se clavan.

Crees que el silencio es la falta de palabras y no es verdad,
es la confianza de mirarte y no decir nada más.

Crees que tienes un destino escrito en el cielo y no es verdad,
caminante no hay camino, se hace camino al andar.

Crees que no tienes alas para ponerte a volar y no es verdad,
sólo cierra los ojos y ponte a soñar.

Crees que la felicidad te llegará y no es verdad,
búscala en ti mismo, ahí la encontrarás.

Crees que tienes un vacío que no puedes llenar y no es verdad,
es sólo un hueco a ocupar.

Crees que te faltan cosas en la vida y es verdad,
lucha por ellas y si te ganan, hazles burla y vuelve a empezar.

(...) A alguien que lleva demasiado tiempo borrando una sonrisa que conseguía cambiar el mundo.

Almas

Almas perdidas en un rincón olvidado,
miradas tardías en un tiempo ya pasado,
libros escritos que jamás fueron leídos,
espejos colgados en una pared en blanco,
un boli sin tinta que quiere escribir,
cuadros que desean ser mirados,
sonrisas borradas por el paso del viento,
lágrimas en un mundo que no entiende de tristeza,
flores marchitas en un jardín que ya no riegan,
lámparas colgadas de un techo destrozado.

Y en el fondo de mi pecho, un corazón latiendo.
Y en el fondo de mi mente, un sueño luchando.
Y en el fondo de mi alma...

Almas perdidas en un rincón olvidado.

Imagen

Silenciosa imagen, sigo preguntándote y tú
nada respondes, sólo me miras cuando te miro y
cuando giro, tú también giras.

Intento tocar tu rostro... es tan frío.
Mis ojos pueden ver el contorno de tu cuerpo...
mis manos no logran tocarlo.

Quiero saber, quiero entender...

Por qué te vistes como yo,
por qué lloro cuando tú lo haces y
por qué ríes cuando lo hago yo.
¿Acaso te burlas?

El gesto de tu cara esconde algún dolor y
tus ojos alguna pena.
No finjas como siempre saberlo todo,
no quieras adivinar mi próximo movimiento.
¿A qué esperas?
¡Explícate!

Pero primero, sal del espejo.

Def.

Magia: Dícese de aquella situación en la que dos personas se miran a los ojos y no necesitan más.

Momento: Dícese de un período corto en el tiempo que no debes dejar escapar.

Balada: Dícese de aquella sucesión de notas que invitan a abrazar.

Risa: Dícese de aquel sonido que te recuerda que es tu otra mitad.

Caricia: Dícese del gesto que te muestra la complicidad.

Lugar: Dícese de aquel sitio que sin vergüenza te atreves a regalar.

Mirada: Dícese de aquellos ojos en los que se refleja la verdad.

Felicidad: Dícese de aquello que sientes cuando sabes que un sueño se hará realidad.